¡Qué
peligroso es el cansancio físico, mental, psicológico…que no te
deja pensar mas que en tus miedos y problemas!.
Aunque
nos damos cuenta de lo peligroso que resulta dejar a nuestra mente
vagar por donde quiere, que casi siempre es en la inconsciencia, en
lo que pudo haber sido y no fue -que por supuesto nunca resolverá
nuestros problemas porque lo que no puede ser, pues eso, no puede
ser- no paramos nuestra mente y al no meter lucidez volvemos una y
otra vez a hacer elucubraciones, que sólo sirven para meternos más
y más en el cansancio.
Qué
bueno sería hacer gimnasia mental como fundamento de nuestras vidas,
metiendo coherencia una y otra vez para que cuando llegue ese
cansancio estemos preparados para no dar cuartel a las tonterías y
no dejar que la mente nos meta en debates que no nos llevan a ninguna
parte, porque lo que no puede ser, nunca va a transformarse en
posible.
Hay
muchas situaciones en nuestras vidas que no se resuelven a nuestro
gusto: muerte, enfermedad, desamores, delincuencia, guerras..., pero
hay otras muchas que sí dependen de nuestro hacer, por lo que el
tiempo hay que dedicarlo a resolver bien lo que podemos y a aceptar
lo que no podemos modificar.
Nuestra
cordura beneficia a los que nos rodean, al universo, pero sobre
todo, a nosotros mismos.
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