jueves, 27 de junio de 2013

ELIJO MIS PENSAMIENTOS



Elijo tener pensamientos positivos, porque los otros ya tengo experiencia de a donde me llevan.

Sé de mis dudas, de mis preocupaciones, de mis temores, de mis miedos…, y eso siempre me aboca a situaciones de tristeza, abatimiento, dolor, estrés… Dudas que están en mi cabeza, en mis pensamientos y de ahí pasan a mi organismo y me desequilibran, robándome mi energía y mi tiempo. Preocupaciones, esto es: ocuparse antes de tiempo, antes de que pasen las cosas -que muchas veces ni siquiera pasan- pero yo ahí estoy, casi siempre poniéndome en lo peor, quejándome y dándome la lata a mí misma y muchas veces a otros.

Temores por lo que me pueda pasar a mí y a los míos y, como no suele ser suficiente, pues también temo por los otros, próximos y lejanos. Meto datos que sólo están en mis pensamientos: enfermedad, tragedia, dolor, muerte…, y es verdad que estas cosas nos pasan a todos, pero es mejor esperar a tomar decisiones y llorar cuando ocurren , en lugar de estar penando continuamente porque sé que pueden ocurrir y, en consecuencia, vivir en continua obsesión y lamento.

Miedos, distinguir los reales de los no reales; los que pueden ocurrir de los que no son posibles; saber que sólo puedo intervenir en lo que me es posible y dejar que lo que yo no puedo solucionar vaya por cuenta de otro o de la vida.

Meter datos reales de:
Es verdad que hay accidentes todos los días, pero no por eso tiene que tocarme a mí.
Es verdad que los hospitales están llenos, pero también las calles, los cines, las tiendas…
Es verdad que hay delincuencia y mucha gente se encuentra con lo que no quiere, pero es una minoría.
Es verdad que algunos jóvenes terminan siendo alcohólicos o drogadictos, pero muchos más disfrutan de la vida sin necesidad de drogas.
Es verdad que todos vamos a morir, pero no todos hoy.
Es verdad…

¿Qué puedo hacer yo ante todo esto?. Meter coherencia y estar siempre en disposición de buscar la mejor solución posible, pero cuando llegue el problema, nunca antes.
Meter en mis pensamientos sentido común y disfrutar de lo bueno que me rodea, que aunque me parezca increíble es mucho.
Agradecer lo que no me ha ocurrido aún y que no deseo que ocurra.
Prepararme con fuerza, con hábitos de aceptación, sentir la seguridad de que cuando los problemas aparecen yo siempre hago lo mejor o lo que está en mi mano.
Saber que en lo que de mí dependa estaré ahí y lo que no, lo aceptaré (porque además no queda otra) y lo dejaré para que lo resuelva el que pueda o quede sin resolver, que es también una opción posible.
Porque cargar la mente con buenos datos, con buenos momentos, con alegrías, con buenos pensamientos…, hará que mi cuerpo y mí corazón estén más abiertos a mejores sensaciones y mejores sentimientos para mí y para los que me rodean.
A veces en mi jardín siembro cizaña, zarzas, espinos…, pero luego pretendo recoger rosas, clavelinas y margaritas y esto además de imposible…, pues eso, no es posible.    

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