domingo, 2 de junio de 2013

DIFÍCIL PERO NO IMPOSIBLE

iYo sé que es difícil. Que cualquier cambio lleva un proceso complicado. Que somos tozudos y poco lúcidos..., pero aún así queremos lo mejor para nosotros mismos y también para aquellos a los que queremos. Lo mejor de lo mejor es llegar a ser felices.

Muchas veces basamos esa felicidad en "si yo tuviera...", pero la experiencia me dice que cuando lo consigo, la felicidad es momentánea

Cuando yo era pequeña, como había poco de todo, esperar algún juguete, una comida especial, una salida, un viaje, alguna prenda de ropa nueva, un familiar que venía de lejos..., eran todo novedades deseadas, esperadas, agradecidas... que te hacían feliz durante mucho tiempo: antes, durante y después.

Ahora las cosas son muy diferentes. A muchos niños ya no se sabe que regalarles porque tienen de todo. En las comidas se les da lo que quieren. La ropa la eligen ellos y no se ponen aquello que no quieren. Salidas con la escuela, con la familia, con los amigos... Los familiares, si pueden van al hotel porque aquello de echar los colchones al suelo y pasar el verano todos juntos se acabó. Todo esto nos lleva a que de disfrutar poco porque no se espera nada, todo es inmediato, se quiere ahora pero ahora de ayer y nuestros niños no están preparados para la frustración. Esto nos lleva a que de agradecer nada de nada, ellos tienen derechos y punto.

En algunas celebraciones a las que he asistido: comuniones, cumpleaños, etc, los paquetes de regalo son innumerables, una vez conté 17 y sólo era quitar el papel de regalo, ver y a por otro y así los 17 . No existe ni el valor de las cosas, ni el esfuerzo ni el merecimiento. Existe el " yo lo quiero todo , todo y todo". Menos mal que ahora con las vacas flacas a lo mejor algunos valores afloran y damos mas valor a las cosas y al esfuerzo. En fin, no hay mal que por bien no venga, porque hay actitudes que no pueden llevar de ninguna manera a la felicidad.

Continuamente vemos, que en muchas culturas y pueblos, que creemos inferiores, aún se tienen las puertas abiertas, se pone un plato de sobra en la mesa, se comparte y se acoge a todos los familiares, se valora cualquier logro, se tiene esperanza... A lo mejor no estaría mal ver qué valores hemos perdido y mirar hacia los valores personales y sociales, en vez de  sólo a tener, aparentar, conseguir a cualquier precio...

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