La
vida , por mucho que dure, es un momento.
Atrás
quedaron los pueblos conquistadores y conquistados. Atrás quedaron
los nobles y sus vasallos, los papas, los ricos , los pobres, los
poderosos, todo y todos.
A
todos se les dio la lucidez de saber que la vida era sólo un rato,
que era una tontuna preocuparse por el ayer o por el mañana, ya que
en ninguno de los dos es posible ninguna acción, el ayer porque es
pasado y el mañana porque no existe y sin embargo, ¡que poco se
vive en el presente y cuanto en pasado y en futuro!.
Si
lucidamente nos ocupáramos sólo de hoy, del ahora, veríamos que
cada minuto trae consigo las cartas que hay que jugar. Sólo
tendríamos que estar atentos a la partida para realizar el mejor
juego posible. Estar presentes cada día en el levantarse,
arreglarse, alimentarse, en el trabajo, diversión, relación con uno
mismo y con los otros…, teniendo en cuenta que el único objetivo
en esta vida es disfrutar del juego y agradecer las posibilidades que
se nos regalan: el Ser, el estar, la familia, los amigos, la
naturaleza, todo lo que existe para nuestro disfrute y sobre todo el
poder crecer como individuos y cooperar en la conservación de la
naturaleza para hacer un mundo mejor o por lo menos no empeorarlo.
A
veces, podemos decir: ¿Y el que tiene hambre, frío, sed…? eso no
es de la Vida, ese es un problema creado por la ambición del ser
humano que si pudiera adueñarse del Sol, nos cobraría por
calentarnos.
La
Vida, nos da todo gratis : Todos podríamos tener lo necesario si no
hubiéramos aceptado este juego en que nos vemos metidos consciente o
inconscientemente; que es tener más que… ser más que…poder más
que… y sobre todo, no estar fuera del rebaño.
Todo
esto desaparecerá o quedará aquí y que lúcido y feliz habrá sido
el que: Vivió sólo el presente y resolvió con acierto los
problemas que trae el día. El que pasó de la opinión ajena. El que
puso en su balanza el regalo de la creación. El que se reconoció
completo, único, libre. El que vivió hacia dentro más que hacia
fuera. El que comprendió todo y no se identificó con nada. El que
sólo amó. Ese sí que puso su grano de arena por hacer un mundo más
justo y mejor.
Gracias,
por su aportación a todos nosotros, a todos esos seres lúcidos que
pasaron sus días amando al prójimo.
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