La muerte solo existe porque hay vida.
Tememos a la muerte por desconocida, sin embargo,
nada hay más seguro, más certero, más repetitivo y más cercano.
SEGURA, porque nadie escapa. Leí
una vez un pensamiento que decía : “ La
muerte está tan segura de alcanzarte que
te da toda una vida de ventaja”.
CERTERA, porque hagas lo que hagas,
vayas dónde vayas no te quedarás sin ir con ella. Aquí nada ni nadie permanece.
Todo a nuestro alrededor nace y muere.
REPETITIVA, hasta la saciedad. Cada
segundo miles y miles. Todos y todo muere.
CERCANA, nadie tiene que
viajar para encontrarla. Está a nuestro
lado.
Sin embargo vivimos como que la muerte fuera cosa
de otros. ¡Hace falta ser ciegos e
ignorantes !
Sería bueno acostumbrarnos desde pequeños a vivirla
como algo natural, como la vida misma y consustancial a ella.
Saber que sólo se evoluciona porque hay muerte y
que esta es necesaria para que haya vida.
La materia se convierte en otra materia o
sustancia. Nada desaparece. La cadena continúa hasta el infinito.
También la energía, la esencia, el amor, las
acciones provocan reacción en cadena hasta el infinito.
No morimos en el sentido de acabar, evolucionamos,
nos transformamos, seguimos, continuamos pero en otras formas y maneras.
La muerte de la materia es indolora. Cada día
perdemos millones de células, no
volvemos a saber de ellas y todo sin ningún pesar ni dolor.
Yo creo que ocurrirá lo mismo con el resto de
nuestra envoltura.
Como el mayor miedo que tenemos es al sufrimiento,
deberíamos tener miedo a la vida ya que en ella si hay responsabilidad y dolor,
pero no a la muerte de la que no tienes ninguna responsabilidad y es indolora.
Bastará con dejarse hacer ya que no
tenemos ningún poder sobre la situación.
Mejor será tenerla como buena compañía durante esa vida que nos da de ventaja.
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