Cuando
recibió la noticia
se
quedó blanca como la leche,
muda,
sin gestos, sin palabras,
no
podía, no quería creerlo.
Su
hermano estaba prisionero,
lejos,
muy lejos, sólo, muy sólo,
en
un país extranjero.
había
ido creyendo en su patria.
Peor
les fue a otros,
dejaron
sus cuerpos,
quedaron
sus viudas,
quedaron
sus huérfanos.
La
guerra que creyeron suya,
pero
resultó ser la de ellos.
¿Qué
fue de sus jefes?
¿Qué
fue de sus sueños?
Perdieron
amigos,
dejaron
sus cuerpos.
¿Quién
luchará ahora
por
los prisioneros?
Pasarán
hambre,
estarán
enfermos,
heridos
del alma,
heridos
del cuerpo.
¿Les
torturarán?
¿morirán
de miedo?
se
firmó la paz.
¿Qué
será ahora de ellos?
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