lunes, 18 de junio de 2012

EL PRECIO DE LA LIBERTAD




Soy un ser libre, aunque a veces no lo sepa o no lo quiera saber porque saberme libre me obliga a darme cuenta que para bien o para mal yo elijo y esa elección me hace responsable de lo que digo, callo, hago o dejo de hacer.

Es verdad que hay muchos condicionamientos que marcaron en mí otros, con sus ejemplos, doctrinas, mandatos… pero ahora, como adulto que soy, como ser que debe aprender, que tiene que investigar, observar y decidir, no puedo quedarme en que mis actos son reflejo de lo que otros marcaron en mí y quedarme como un niño, demandando, culpabilizando y haciendo responsables a otros.

Yo puedo elegir dejarme llevar por el alcohol, las drogas, los amigos, cualquier dependencia y achacar mi malestar a otros condicionamientos de mi vida pasada … pero se, que otros que tuvieron mis mismas dificultades o mayores, buscaron otras vías para salir de las dependencias y pidieron ayuda para desacondicionarse de esas actitudes.

El problema es que soy esclavo, voluntario, de mis tendencias y elijo los caminos que salen de mis vísceras en vez de mi fondo de comprensión que me indica claramente lo que me conviene o no.

Si yo me niego a considerar que soy libre, en el sentido de responsable, es por no pagar un precio que considero caro por mi aprendizaje, por dejar mis hábitos, por pedir ayuda.. en fin por decidir que mi vida, mis actos, mis aciertos, mis fracasos… son míos y yo soy el único responsable porque soy un adulto que cuando quiere sabe decir: Se lo que hago, ya soy mayorcito para que elijan por mí, hago lo que quiero, a mí nadie me dice que hay que hacer, yo se lo que hay que hacer… y eso es verdad, pero es verdad todas las veces, no sólo cuando nos viene bien.

Así que ojo al dato y a ser consecuentes con nuestras decisiones y no dejemos que los demás se coman los marrones que genera nuestra falta de congruencia queriendo hacer lo que no estamos dispuestos a pagar solos.

Cada acto de nuestra vida tiene unas connotaciones que hay que estar dispuestos a asumir. Es esto lo que distingue a un adulto de un niño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario