lunes, 11 de junio de 2012

MI BUEN AMIGO


Quiero presentaros a un amigo mío. Se llama Iletxu. Es un perrito pequeño, como un peluche por fuera y de algo suave por dentro.

Tuvo la mala suerte de cuando era un cachorro se topó con un doberman y le arrancó un ojo. Ese hecho fue muy doloroso, pero de resultas de aquello, el ojo que le queda es grande y expresivo decidido como está a verlo todo, aunque para ello tenga que ladear la cabeza de un modo especial. Es muy cariñoso y en todas las casas se sitúa en aquel sitio que corresponde al dueño. El sabe que ese sitio es especial.

Este perrito comparte cuidados con una persona mayor con dificultad de movimiento. Ambos se cuidan mutuamente; se dan cariño y compañía.

Ella le saca a la calle y aunque va suelto por el barrio, no va lejos y continuamente vigila que su ama no esté fuera de su vista, levanta la cabecita para situar su ojo y corre hacia ella para ponerse a sus pies.

En casa, se pone en su regazo y espera atento a que ella le haga partícipe de sus alegrías y sus penas. El la escucha y su ánimo depende también del ánimo de su dueña. Ambos se acarician y se muestran todo su amor y ternura.

Da gusto verlos en su convivencia diaria.

¡Cuantos perritos hacen la vida más llevadera y placentera a personas que de otra manera estarían más tiempo solas y no podrían repetir una y otra vez sus dichos, sus experiencias, su sentir…! porque los seres humanos no somos tan pacientes como nuestros amigos los perros y continuamente estaríamos diciendo: “eso ya me lo has dicho un millón de veces”. A Iletxu le da igual una o mil veces, él disfruta siempre de la voz de su dueña y cuando la deja de ver, aunque sólo sea por unas horas, se vuelve loco de alegría cuando la vuelve a ver.

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