¿Cómo puedo haber llegado
a pesar doscientos kilos,
cómo llegué a este calvario,
dónde empezó mi martirio?
Cuando contaba diez años
mis
caprichos yo cumplía
y
día y noche comía
dulces
y cuanto quería.
Así, mi madre creía
que jamás enfermaría,
¡si a todas horas comía
mi
salud buena sería!.
Y
ahora ya con 30 años
siempre,
algún desaprensivo,
cuando
me ve por la caller
“¡foca!”
me grita al oído.
Cuando
viajo en el tranvía
aunque
a mi lado haya asiento
a
ocupar sitio a mi lado
casi
nadie está dispuesto.
¿Ninguno
se ha preguntado
si
dentro de este gran cuerpo
hay
una buena persona
que
quiere y pide consuelo?
Pero,
¡ay!, en una sociedad
donde
priman los modelos
los
que somos diferentes
tenemos
impedimentos.
A
la carga que ya llevas
añades
falta de amigos
y
los puestos de trabajo
no
nos están permitidos.
Mi
madre me dice siempre:
“no
sufras cariño mío
pues
nada te ha de faltar
mientras
que yo esté contigo”.
Pero
no comprende, que eso
para
mí no es suficiente
que
mi alma necesita
abrirse
con otra gente.
Mi
cuerpo quiere otros cuerpos,
mi
corazón expandirse,
compartir
mis sentimientos
y
dejar mi alma abrirse.
Ya
sé que puedo operarme
y
mil regímenes he hecho
para
cuidar mi salud,
pero
no me quejo de eso.
Me
quejo de que al distinto
al
que no cumple el modelo
la
sociedad le rechaza
y
le castiga, sin duelo.
¿Que
más da negro que blanco
que
sea delgado o grueso
que
vaya en silla de ruedas
o
vaya agachado o tieso?.
Detrás
de cada persona,
aunque
nos parezca raro,
hay
latiendo un corazón
que
quiere sentirse amado.
Igual
que tú, igual que el otro
igual
que en todos nosotros,
el
deseo es compartir,
ver
comprensión en los ojos.
Cuando
vayas por la calle
y
sientas a alguien distinto
no
mires sólo a su cuerpo,
que
no te pueda el instinto.
El
amor hace que el mundo
salga
más favorecido
y
cuando hay aceptación
nadie
se siente dolido.
No
añadas dificultad
a
lo mucho que uno siente,
mas
ayúdale a aceptar:
sólo
“ser” ya es importante.
Todos
valemos lo mismo
aunque
los que nos manejan
nos
marquen siempre modelos
y
ni salirnos nos dejan.
Quiérete
tal como que eres
no
te cambies por ninguno
porque
siguiendo las modas
beneficias
sólo a “algunos”.
Ellos
lo tienen muy claro
lo
que importa es el “parné”
y
cuantos más les sigamos
¡más
contentos! ¡vaya bien!
No hay comentarios:
Publicar un comentario