Cada
uno de nosotros vive tan egocentrado que es difícil que nada ni
nadie nos haga cambiar de creencias y actitudes, por eso es fácil
leer y oír estos días tal sinnúmero de reproches y de
elucubraciones sobre el movimiento 15 M., y si además pertenezco a
un partido de aquellos que ciegamente piensa como su amo sin ningún
análisis pues apaga y vámonos.
Todos
sabemos lo difícil que resulta ponernos en la piel y en el sentir
del otro. Casi nunca nos ocupamos en ver desde dónde piensa, habla y
siente, de cual es su situación y sus experiencias y eso nos lleva a
hablar sin sentido.
¿Cómo
yo, desde una posición privilegiada, puedo opinar sobre la situación
de los parados, los mileuristas, los sin papeles, los desahuciados de
sus viviendas…?
¿Cómo
yo, desde mi escaño en el poder, puedo aventurar que los que se
quejan, los que protestan , los que salen a la calle y se agrupan de
forma pacífica, porque están hartos de una situación insostenible
en la que todos los días salen en los medios de comunicación, los
robos, las malversaciones del dinero público, los gastos exagerados
de los políticos, las prevaricaciones ….son orquestados por
intereses aviesos?
Hay
que tener mucha cara dura o no hacer ningún análisis de lo que se
lee, se escucha , se ve y se vive a nuestro alrededor, para decir que
hay intereses ocultos detrás de ese movimiento.
Yo
no sé si hay otros intereses que los que se manifiestan, pero si sé,
que ya era hora de que la gente salte a la calle para indicar el
malestar que nos embarga todos los días al ver nuestra situación y
la de quienes nos rodean y leer luego lo que está ocurriendo con la
banca, con la economía, con las empresas, con los políticos y
asistir impasibles a las demandas judiciales, al despilfarro, a ver
las cámaras del congreso vacías, a asistir a tanta verborrea
política y descalificación continúa de unos y otros.
En
verdad que estamos hartos y hastiados de nuestros representantes
políticos y aunque muchos tienen el valor de decirnos que se eligen
democráticamente, no tienen el valor de decir también que de lo que
prometen a lo que hacen hay un gran trecho y que sin embargo no se
penaliza a nadie por no cumplir lo que se promete para conseguir el
voto y tampoco se penaliza a aquellos que endeudan nuestros pueblos
durante años, y ya es el colmo, de aquellos que ni siquiera son
expulsados de sus partidos aunque se hayan vendido o malversado
fondos públicos y un sin fin de etc..
Yo
abogo porque en todos los municipios, diputaciones y estamentos
públicos, haya grupos de seguimiento, formados por todos los grupos
sociales, que sean fiscalizadores y que defiendan al ciudadano
haciendo que aquellos políticos que no cumplen bien su función sean
cesados y no que sigan como hasta ahora con la connivencia de sus
partidos que para no dañar su imagen tragan con todo lo que se
presenta, lo cual nos hace suponer que yo no te recrimino a ti porque
también tú sabes que yo estoy haciendo lo mismo . Tu sacas tajada,
yo también y así hoy por ti mañana por mí. Yo te doy , tú me
das y entre nosotros nos repartimos el pastel.
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