Había una vez un país democrático donde sus lúcidos ciudadanos elegían siempre a las personas más capaces y honradas para dirigirles porque no se dejaban llevar por la palabrería, ni por sentimentalismos, ni por obligaciones para con su partido, ni por doctrinas vacías de contenido, sino por los hechos.
Todo el esfuerzo y trabajo de dichos dirigentes estaba encaminado a lograr el máximo bienestar para sus conciudadanos.
No había recurso económico, social, político..que no estuviera al servicio del bien común.
El diálogo y la información veraz era el camino de comunicación entre gobernantes y gobernados y la gestión de los recursos estaba en conocimiento de todos.
No había una sola familia o un individuo que no tuviera cubiertas sus necesidades básicas o que le faltara trabajo.
Se trabajaba tres horas diarias para el servicio público y el resto se dedicaba a la familia, a la formación, al deporte, a los hobbies…
Claro que había infracciones pero la penalización era siempre con trabajos sociales y formación cívica.
Las mejores escuelas , las mejores universidades , el mejor servicio de salud, las mejores comunicaciones, los mejores centros de investigación…estaban en aquel país al servicio de los ciudadanos.
La formación en valores era el programa principal de todo el estado y a ello se dedicaban todos los adultos : profesores, padres, familiares, ciudadanos, comunicaciones…. El respeto al individuo y al medio en el que vivían era primordial para la convivencia y el que no lo aprendía para la edad adulta, tenía que seguir intentándolo toda su vida por medio de formación y trabajos sociales.
No era un país sin dificultades, pero sí se intentaba continuamente mejorar.
La penalización mayor era para aquellos dirigentes que no cumplían con lo que habían prometido y trataban de aprovecharse de su cargo . Estos individuos, que eran muy pocos a lo largo de su historia, eran condenados a cadena perpetua en los servicios a sus ciudadanos, que al fin y al cabo era lo que un día prometieron.
No te digo dónde se encuentra este país, pero tú si sabes donde no se encuentra. También sabes el camino para llegar a él.
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