“Vivir
sencillamente, para que los demás puedan, sencillamente, vivir “
Este mensaje
que GHANDI, se aplicó a sí mismo, podía valer como petición de
los pueblos, de los de a pié, a sus dirigentes tanto políticos como
religiosos.
Continuamente
oímos y sabemos, gracias a que hoy los medios de comunicación están
al alcance de muchos, que son muchísimos los dirigentes de los
países que amasan grandes fortunas y se apuntan a máximos
beneficios, cuando dejan sus cargos, para vivir una vida entre los
grandes, los poderosos, los que viven en la opulencia.
Todo ello,
con los recursos económicos de los pueblos. No es que trabajen más
horas que tú o que yo, o que sus trabajos sean más duros que los
tuyos o los míos, ni que sean más ahorradores que nosotros…no, no
es eso. Es simplemente que se quedan con lo que a ti y a mí en un
reparto justo, nos correspondería.
En la
mayoría de los casos, sobre todo en las dictaduras, se quedan con
todo, ante la mirada atónita y a menudo impasible de propios y
extraños. Claro que cuando los dirigentes de naciones democráticas
los reciben y los agasajan en las visitas a estos países, se libran
muy mucho de decir los intereses económicos o políticos que reciben
de sus homólogos dirigentes. Tu me garantizas el suministro de
petróleo, gas…y yo a cambio hago la vista gorda y te recibo
haciendo como si no supiera lo que pasa en tu país.
Ellos, se
tapan, comparten , se ayudan…y a ti y a mí nos dejan llegar sus
migajas; mientras que otros mucho más valientes que tu y que yo,
que se les oponen, son vilipendiados, desplazados…y en muchos
casos, en demasiados países, desaparecidos o muertos, después de
torturados y encarcelados, no con el beneplácito, pero si con la
mirada hacia otro sitio, de muchos de sus correligionarios de países,
supuestamente, democráticos, y digo supuestamente porque si
supiéramos todo lo que se cuece a nuestras espaldas, a lo mejor,
elegiríamos de otra manera.
En honor a
la verdad, también hay personas, espero que muchas, aunque conozco
pocas, que como Julio Anguita, renunció a la pensión que le
correspondía como político y se conformó con la que le corresponde
como trabajador, lo que indica que está de acuerdo con la afirmación
de GHANDI, lo cual además de justo, nos beneficia a los de a pié.
Vivan los
políticos que sirven con honradez a sus países y debían de
imponerse grandes penas y repudio total a aquellos que se aprovechan
de sus cargos para amasar grandes fortunas para ellos y para sus
familias, con los bienes que son solo para mejorar a los pueblos.
La pobreza
de los pueblos es la vergüenza de sus dirigentes.
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