domingo, 4 de marzo de 2012

PROVOCADORES DE DOLOR


Cuanta angustia veo en tus ojos, cuando te veo desolada porque las fuertes lluvias, los incendios, los tornados, los huracanes u otros muchos fenómenos naturales te hacen ir de un lado a otro sin saber muchas veces hacia donde tirar ya que te han dejado sin nada, solamente con lo puesto y has perdido todo aquello que conformó tu vida, todo aquello que con tanto esfuerzo y trabajo lograste acumular y eso si tienes la “ suerte” de no dejar seres queridos en el desastre.
Siempre lo he considerado terriblemente doloroso pero aún así, son miradas de un dolor que admite que contra la naturaleza no hay quien pueda, que sólo toca aceptar aunque no se comprenda, dolor que hace que otros corran a socorrer, pérdida que quieren compartir familiares , amigos y otras gentes que saben estar junto al dolor ajeno y ayudando en lo que pueden para hacer menos angustiosa la pérdida.
Pero hay otro dolor, más agudo, más interno, más angustioso, más increíble… y es que en esos ojos que reflejan esa clase de dolor , no hay comprensión, ni posible aceptación de los hechos y es el de todo ser humano que vaga sin nada, sin saber tampoco hacia donde ir . Sólo vas tú con los miles que están en tus condiciones, con los miles que son desplazados por las guerras, que buscan refugio en otros países que a veces cierran sus fronteras porque no pueden acoger a tanto desplazado y huido.
Dolor y miedo que se podían evitar, que no están basados en la casualidad, en lo imparable sino en lo bien meditado, en necesidades de los estados, en la posesión del poder, en el absoluto despotismo hacia el ser humano, en el más abyecto de los latrocinios. Es un dolor tuyo, para ti, ahí no se movilizan fuerzas, dinero, personas de todos los países para socorrer, ayudar, paliar…no, ahí se mantienen al margen para no enfadar a las potencias dominantes y aún así hay otros países y gobiernos que apoyan, que están de acuerdo, que mandan sus ejércitos, pero no para salvarte a ti.
¿Qué pensaríamos de un mundo donde en los incendios se mandara gente para avivar el fuego? ¿o se cargaran aviones para llevar mas agua en las inundaciones? ¿o se lanzaran piedras a lo que quede después de un huracán?... Pensaríamos que nos hemos vuelto locos, que no es posible pensar en unirse a la destrucción para provocar más destrucción y más miseria y dolor.
En las guerras, si se puede, al dolor de la invasión, se añade el de la destrucción, el de la violación, el de la barbarie. Se termina de destruir lo que quede, de matar al que sobreviva, de perseguir al huido, de torturar al detenido, de aniquilar al preso, de despojar de todo al otro, al que no está de acuerdo con el vencedor y además se admiten a otros países, a otros ejércitos, a otros depredadores para compartir el botín y ayudar en la barbarie.
Así que cuando veo tus ojos y el de tus hijos en los caminos siento una gran decepción del género humano. Menos mal, que a veces, en esas imágenes veo también periodistas que denuncian y se juegan la vida para hacerlo, veo a la Cruz Roja, veo algunos voluntarios de ONGS, veo gente que se juega su vida para denunciar y eso hace que aún quede alguna esperanza.
Hay lobos hambrientos y sedientos de poder y riqueza que con nada se sienten satisfechos, que siempre quieren más y más, con corazones ruines, negros, incapaces de sentir vergüenza, que miran hacia otro lado o celebran sus victorias con amigos tan miserables como ellos y, lo peor, es que existen desde el principio de los tiempos y para desgracia de la humanidad seguirán existiendo, porque tienen todos los medios para conseguir esclavizar, arruinar, destruir, matar…, a cuantos se opongan a sus planes.

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