Con las cosas que de contínuo ocurren en este bendito país, llega un momento que una no sabe bien si echarse a reír o a llorar.
Todos los días aparecen nuevos corruptos entre nuestros gobernantes, noticias inquietantes de que no se tiene mucha voluntad de hacer nada, un presidente que está 'missing'...
Nos tememos que si se siguen haciendo auditorías en los distintos estamentos del país, temblaremos al ver la cantidad de dinero que ha sido dilapidado por nuestros "queridos" gobernantes y que tendremos que seguir pagando nosotros, porque hasta ahora no hay visos de que vayan a devolver lo que es del pueblo.
Cataluña hace un corte de manga al gobierno y el presidente no aparece.
Yo me quiero independizar de este gobierno y me imagino que, como yo, están los dos millones de catalanes que ya lo han expresado y otros treinta o más millones que aún no lo hemos dicho pero que estamos hasta... y más allá.
Contínuamente vemos cómo se llevan las manos a la cabeza, denostando el auge de Podemos. Deberían darles las gracias por canalizar tanta frustración de forma pacífica y legal, porque si no fuera por la esperanza que están depositando en ellos muchísimos ciudadanos... no sé lo que podría ocurrir en este maldito país. Aunque, a veces pienso que nos ha inculcado tan bien la bendita iglesia lo de poner la otra mejilla que, la verdad, somos un pedazo de pan dispuestos a aguantar lo que nos echen, siempre, ¡eso sí! que no sea quitarnos del fútbol o Telecinco, por ahí sí que no pasaríamos de ninguna manera... ¡Hasta ahí podíamos llegar! Siempre que se robe solo lo público... vamos bien, pero dejar las distracciones, de eso ni hablar.
Por esto y muchísimas cosas más que están todas dichas, por activa y por pasiva, en tertulias y otros medios que no bailan al son del gobierno, no sé sí ponerme a reír o echarme a llorar.
Como dice una amiga mía: " No sé si coger chica o ponerme a servir ".
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