DE QUÉ LADO ESTAS

Para todo establecemos bandos y es que no podemos separarnos de nuestras creencias y de nuestras vísceras.

Vemos y oímos, ante las distintas situaciones, opiniones y posturas encontradas, cuando no enfrentadas y es que de ninguna manera nos ponemos en las piel del otro.

Ante la salida de las cárceles de presos que nos inquietan por sus desmanes, comprendemos que nos asustamos y dependiendo de nuestras creencias nos situamos a un lado u a otro, a veces sin tener todos los datos a la hora de posicionarnos, porque si yo soy víctima y me dejo llevar por mis vísceras, querré lo peor de lo peor para el verdugo, pero si soy verdugo y la ley me ampara, me acogeré a todos los privilegios que me brinden.

Lo que no puedo es modificar las leyes a mi conveniencia. Si están mal, que están, cambiémoslas, pero no sobre la marcha, porque me convenga o me den votos.

Todos entendemos que mil años de cárcel es una majadería. Si se quiere que los grandes depredadores no salgan de la cárcel, pues que se cambie la ley.

Una justicia, que no es justa, no es buena para nadie, pero una manipulación según nos convenga tampoco. La lay es la ley y si no se cumple o se modifica o se aplica a conveniencia de un grupo..., no vale y así lo debemos sentir, porque hoy puede convenirnos pero mañana no, según en que lado estemos situados.

Situarse en la justicia debe ser muy difícil, porque rara vez se logra y si no sólo hay que girar la cabeza y mirar a nuestro alrededor.

Que las víctimas pidan, protesten y deseen ... es lo lógico, porque sus muertos nunca saldrán de donde están, pero que los partidos bandeen y las utilicen según convenga...eso...es otro cantar.

Si tenemos leyes y nos acogemos al tribunal europeo...pues no queda otra que acatar, nos guste o no, eso no importa. Lo que importa es que lo que no se quiera o no nos parezca justo a la mayoría, se cambie y se aplique.

Mientras el poder político y judicial se mezclen...malo, malo...para ti y para mi que estamos abajo y ... bueno, bueno...para los de arriba que son todos amiguetes. La utilización partidista de las leyes ni es justa ni nos conviene. Por lo menos a mi.